Proyecto.. Acidez en los oceanos



LA ACIDEZ EN LOS ECOSISTEMAS ACUATICOS.

ECOSISTEMAS ACUATICOS

INSTITUTO TECNOLOGICO DE VILLAHERMOSA

INGENIERIA AMBIENTAL

CATEDRATICA: LIC. OLVIA MAYGUALIDA RODRIGUEZ ANGULO

INTEGRANTES:
ARMANDO PRIEGO BETANCOURT.
CARLOS ARDEL ZURTIA CANTO.
CECILIA SACHEL VILLATORO VEITES.
ARNOLD LOPEZ CORNELIO

                             VILLAHERMOSA TABASCO, MAYO DE 2012.






INDICE.




INTRODUCCION……………………………………………………………………………………………..…………3

OBJETIVO GENERAL………………………………………………………………………………………..…………4

OBJETIVOS ESPECIFICOS. …………………………………………………………………………………..………4

MARCO LEGAL. ………………………………………..………………………………………………………..………4

JUSTIFICACION. ………………………………………..………………..……………………………………...………5

MUESTREO PARA ACIDEZ DE ACUERDO A LA  NMX-AA-036-SCFI-2001………………………………..…..7

RECOLECCIÓN, PRESERVACIÓN Y ALMACENAMIENTO DE MUESTRAS……………………………….….9

MUESTREO DE ACIDEZ…………………………………………………………………………………………………9

¿Qué es la acidificación de los océanos? ………………………………………………………………10

La ACIDIFICACIÓN DEL OCÉANO……………………………………………………………………………………11

LA ACIDIFICACIÓN DEL OCÉANO ES UNA CONSECUENCIA DIRECTA DE LAS EMISIONES
DE CO2……………………………………………………………………………………………………………………12

¿CÓMO REACCIONARÁN LOS ECOSISTEMAS MARINOS? ……………………………………………………13

¿QUÉ CONSECUENCIAS TENDRÁ LA ACIDIFICACIÓN DEL OCÉANO EN LAS SOCIEDADES
 Y LAS ECONOMÍAS? ………………………………………………………………………………………………….14

LAS PR IMERAS ETAPAS DE LA INVESTIGACIÓN SOBR E LA ACIDIFICACIÓN DEL OCÉANO……….16

Los Océanos y el cambio climático…………………………………………………………………………17

Posibles impactos………………………………………………………………………………………………….19

¿Qué efectos tendrá la acidificación del océano en la vida marina? ……………………20

¿Qué podemos hacer para prevenir esto? ……………………………………………………………..21


CONCLUSION. ………………………………………………………………………………………………………..…22
BIBLIOGRAFIA. …………………………………………………………………………………………………………23

INTRODUCCION

            El océano aproximadamente el 25% del CO2 que se añade anualmente a la atmósfera como consecuencia de las actividades humanas, atenuando en gran medida las consecuencias que ese gas de efecto invernadero tiene en el clima.

            Cuando el CO2 se disuelve en el agua del mar, se forma el ácido carbónico. A causa de ese fenómeno, denominado acidificación del océano, el agua del mar se vuelve corrosiva para las conchas y esqueletos de muchos organismos marinos. Ello influye igualmente en la reproducción y fisiología de algunos de esos organismos.

            En la actualidad se han observado esas consecuencias en organismos vivos de varias regiones de todo el mundo. Dentro de varias décadas, la química de los océanos tropicales no permitirá mantener el crecimiento de los arrecifes coralinos, al tiempo que grandes extensiones de los océanos polares pasarán a ser corrosivos para los organismos marinos calcáreos. Esas profundas transformaciones tendrán repercusiones en las redes alimentarias, la biodiversidad y la pesca.

            La acidez se refiere a la presencia de sustancias disociables en agua y que como ácidos débiles y de fuerza media; también la presencia de ciertos cationes metálicos como el Fe (III) y el Al (III) contribuyen a la acidez del medio.

            La acidez de una muestra de agua es por definición, su capacidad para reaccionar con una base fuerte hasta un valor determinado de pH. En cuerpos de agua naturales, la acidez es causada principalmente por el CO2 y en algunos casos, por ácidos minerales del tipo H2S o por la presencia en el agua de sales fuertes y provenientes de bases débiles (ácidos conjugados). La acides se expresa como la concentración en “mili equivalentes por gramo, de iones hidrogeno o como la cantidad equivalente de carbonato de calcio requerida para neutralizar dicha acidez.
 
            La medición de la acidez tiene por objeto “cuantificar las sustancias acidas presentes en un determinado cuerpo de agua o en residuo liquido”. Este dato es importante debido a que las sustancias acidas presentes en el agua, incrementan su corrosividad e interfieren en la capacidad de reacción de muchas sustancias y procesos al interior de los sistemas acuosos. Así, la cuantificación de las sustancias acidas es útil y necesaria, por cuanto permite su posterior neutralización y, en general, la adecuación del agua para un determinado fin o aplicación.
 
            En este sentido se analizara el efecto de la acidez sobre los distintos ecosistemas acuáticos; la acidez se analiza como parámetro físico-químico dentro del estudio de la calidad del agua, para el control y preservación de  la misma.
OBJETIVO GENERAL.

            El objetivo de esta investigación es conocer la acidez de los diferentes ecosistemas acuáticos, así como sus efectos sobre estos y sobre el medio ambiente en general (flora y fauna).


OBJETIVOS ESPECIFICOS.

§     Definición de acidez.

§     Conocimiento de la acidez en los ecosistemas acuáticos.

§     Determinar las afectaciones de la acidez en los diferentes ecosistemas acuáticos.

§     Conocer la normatividad para la acidez.

§     La acidez como parámetro físico-químico.



MARCO LEGAL.

§     NMX-AA-008-SCFI-2000.

Esta norma mexicana establece el método de prueba para determinar pH en aguas naturales, residuales y residuales tratadas.

§     NMX-AA-036-SCFI-2001.
                          
Esta norma mexicana establece el método de prueba para la determinación de acidez y alcalinidad en aguas naturales, residuales y residuales tratadas - método de prueba.

§     NMX-AA-014-1980.

Esta norma establece los lineamientos generales y recomendaciones para el muestreo en cuerpos receptores de aguas superficiales, excluyendo aguas estuarinas y aguas marinas, con el fin de determinar sus características físicas, químicas y bacteriológicas, debiéndose observar las modalidades indicadas en las Normas de Métodos de Prueba correspondientes.
JUSTIFICACION.

            A pesar de nuestro uso cotidiano del agua y de la ingente cantidad de discursos sobre su uso razonado, como sociedad tampoco solemos tener muy presentes los procesos hidrológicos que se relacionan con el aporte del agua que requerimos (fuentes de origen, intermitencia, abundancia o escasez, y sus cualidades químicas y biológicas). Usualmente ignoramos que las variaciones de la acidez en un cuerpo de agua tienen efectos en el clima y los microclimas locales; no relacionamos los rasgos físicos de las corrientes con sus características propias y con la dinámica de los suelos. Asimismo, los signos y síntomas de deterioro de los ambientes acuáticos y sus posibilidades reales de conservación o restauración, son temas más o menos confusos en el devenir cotidiano de la sociedad.

            En contraste con el insuficiente interés que históricamente hemos otorgado a los ecosistemas acuáticos es interesante saber como, una vez que se han logrado visualizar la complejidad de los ecosistemas acuáticos, su amplia variedad y su relevancia, esta percepción puede cambiar significativamente la perspectiva y actitud de un observador realmente interesado. La transformación de la actitud personal es una necesidad fundamental, ya que es el principio de potenciales cambios colectivos; pero, por si misma, no será suficiente para revertir las tendencias de deterioro. En realidad el conocimiento acerca de ecosistemas como arroyos, ríos, charcas, pantanos, lagos, lagunas costeras, arrecifes, entre otros, debe integrarse funcionalmente en la sociedad para facilitar la confluencia de esfuerzos y la movilización social necesarias para abordar la conservación y restauración de estos ecosistemas.

            Es claro que un conocimiento mas completo e integrado acerca de la composición de especies, de la estructura y la función de los ecosistemas, entre ellos los acuáticos, es una herramienta fundamental en el trabajo de conservación y restauración del entorno natural. La llamada ciencia básica, las disciplinas de aplicación basadas en ella, la economía, la educación y una actitud responsable en la política pública tienen, todas, mucho camino por andar para lograr revertir tendencias de degradación ambiental que han alcanzado magnitudes descomunales. Un conocimiento mas profundo acerca de los ecosistemas acuáticos, acerca de su diversidad, su estado de conservación y posibilidades de conservación y restauración,  además de los parámetros fisicoquímicos que lo afectan, son una herramienta fundamental para personas que tienen a su cuidado ecosistemas de este tipo, tanto en el gobierno federal, en gobiernos estatales y municipales, en organizaciones de la sociedad civil, en universidades y otras instancias.
           
            Entre los múltiples parámetros químicos que se pueden determinar en las aguas los principales son: pH, dureza, sulfatos, acidez, cloruros, Hierro, alcalinidad, fosfatos, Manganeso, Amonio, agentes oxidantes, aceites y grasas, Arsénico, Bario, Boro, Cadmio, Cromo, Cobre, Cianuros, fenoles, floruros, Mercurio, nitratos, Oxígeno disuelto, pesticidas, Plata, Plomo, Zinc, y otros elementos y sustancias que puedan estar contenidas en las aguas.

            La acidez del agua es una medida de la cantidad total de substancias ácidas (H+) presentes, expresados como partes por millón de carbonato de calcio equivalente. Se ha demostrado que un equivalente de un ácido (H+) es igual al equivalente de una base (OH-). Por lo tanto no importa si el resultado se expresa como ácido o como base y, por conveniencia, la acidez se reporta como el CaCO3 equivalente debido a que en muchas ocasiones no se sabe con exactitud que ácido está presente.

            La escala más común para cuantificar la acidez o la basicidad es el pH, que sólo es aplicable para disolución acuosa. Sin embargo, fuera de disoluciones acuosas también es posible determinar y cuantificar la acidez de diferentes sustancias. Se puede comparar, por ejemplo, la acidez de los gases dióxido de carbono (CO2, ácido), trióxido de azufre (SO3, ácido más fuerte) y dinitrógeno (N2, neutro).

            El cambio climático (CC) está alterando las temperaturas y la acidez de los océanos, y los patrones y la intensidad de los ciclones tropicales. Igualmente, está modificando la distribución y productividad de las especies marinas y de agua dulce y ya está afectando los procesos biológicos y alterando las redes alimenticias. Las consecuencias para la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos, la pesca y la acuicultura y quienes dependen de ellos son inciertas.

            Los ecosistemas acuáticos sanos pueden amortiguar y ser más resistentes a estos cambios. Los esfuerzos para crear y mantener ecosistemas acuáticos sanos tienen sentido desde el punto de vista ambiental y económico, además de atender a la adaptación y mitigación del cambio climático.
MUESTREO PARA ACIDEZ DE ACUERDO A LA  NMX-AA-036-SCFI-2001 QUE ESTABLECE EL MÉTODO DE PRUEBA PARA LA DETERMINACIÓN DE ACIDEZ Y ALCALINIDAD EN AGUAS NATURALES, RESIDUALES Y RESIDUALES TRATADAS - MÉTODO DE PRUEBA.


EQUIPO Y MATERIALES.

            Sólo se mencionan los equipos y materiales que son de relevancia para el presente método.

Equipo

§     Balanza analítica con precisión de 0,1 mg, y
§     Estufa.

Materiales.

            Todo el material volumétrico utilizado en este método debe ser de clase A con certificado o en su caso debe estar calibrado.

§     Bureta con certificado o en su caso debe estar calibrada.

            Limpieza del material: Las botellas de polietileno para las muestras, deben lavarse con   detergente libre de fosfatos, enjuagarse con agua y secarse a temperatura ambiente.


REACTIVOS Y PATRONES.

            Los reactivos que requiere el método deben ser grado reactivo a menos que se indique otro grado.

Agua: Debe entenderse agua que cumpla con las siguientes características:

a) Resistividad, megohm-cm a 25ºC: 0,2 min;
b) Conductividad, μS/cm a 25ºC: 5,0 máx, y
c) pH: 5,0 a 8,0.

§     Agua libre de CO2.

            Preparar todas las disoluciones con agua destilada o desionizada que ha sido hervida recientemente durante 15 min y enfriar a temperatura ambiente. Al final el pH del agua debe ser 6 y su conductividad < 2 μS/cm.

§     Biftalato de potasio (KHC8H4O4).

§     Carbonato de sodio anhidro (Na2CO3) patrón primario.

§     Ácido sulfúrico concentrado (H2SO4), o ácido clorhídrico concentrado (HCl).

§     Naranja de metilo.

§     Fenolftaleína.

§     Hidróxido de sodio (NaOH).

§     Peróxido de hidrógeno al 30 % v/v (H2O2).

§     Tiosulfato de sodio pentahidratado (Na2S2O5H2O).

§     Etanol.

§     Cloroformo.

§     Disolución de ácido sulfúrico o ácido clorhídrico (0,1 N). Diluir 8,3 mL de ácido clorhídrico concentrado ó 2,8 mL de ácido sulfúrico concentrado en 1L con agua libre de CO2.

§     Disolución de ácido sulfúrico o clorhídrico (0,02 N). Diluir 200 mL de ácido clorhídrico o ácido sulfúrico 0,1 N a 1 L de agua.

§     Disolución de hidróxido de sodio (0,1 N). Pesar aproximadamente y con precisión 4,0 g de hidróxido de sodio disolver y diluir a 1 L con agua.

§     Disolución de hidróxido de sodio (0,02 N). Transferir 200 mL de la solución de NaOH 0,1 N a un matraz volumétrico de 1L. Diluir a 1L con agua.

§     Disolución de tiosulfato de sodio pentahidratado (0,1 M). Pesar aproximadamente y con precisión 25,0 g de tiosulfato de sodio (y diluir a 1 L) con agua (agregar 5 mL de cloroformo como preservador.

§     Disolución indicadora de naranja de metilo. Pesar aproximadamente y con precisión 0,5 g del colorante naranja de metilo y aforar a 1L con agua. Filtrar la disolución fría para remover cualquier precipitado que se forme. O bien, pesar aproximadamente y con precisión 0,5 g de la sal de sodio y diluir a 1 L con agua, si es necesario filtrar cuando esté fría la disolución.

§     Disolución indicadora de fenolftaleína. Pesar aproximadamente y con precisión 5,0 g de fenolftaleína y disolver en 500 mL de etanol, añadir 500 mL de agua con agitación constante. Filtrar si hay formación de precipitado.
RECOLECCIÓN, PRESERVACIÓN Y ALMACENAMIENTO DE MUESTRAS.

§     Recolectar por lo menos 500 mL de muestra en frascos de vidrio, polietileno o polipropileno. Siempre debe enjuagarse el frasco con una porción de la muestra.

§     Llenar las botellas completamente y tapar herméticamente, ya que las muestras de aguas residuales pueden estar sujetas a la acción microbiana y a pérdidas o ganancias de CO2 u otros gases cuando se exponen al aire. Evitar la agitación de la muestra y su exposición prolongada al aire.

§     Conservar a una temperatura de 0°C a 4 ºC hasta su análisis.

§     El tiempo máximo de almacenamiento previo al análisis es de 24 h.

MUESTREO DE ACIDEZ.


Pretratamiento de la muestra.

            En caso de detectarse la presencia de cloro residual, eliminar la interferencia añadiendo 0,1 mL de la disolución de tiosulfato de sodio 0,1 M. Si la muestra se encuentra libre de iones metálicos hidrolizables y cationes polivalentes en su forma reducida, proceder como se indica a partir del inciso. Las muestras de desechos industriales y drenajes que contengan concentraciones mayores a 1 mg/L de iones metálicos, tales como hierro, aluminio, manganeso, deben tratarse con peróxido de hidrógeno caliente. Este tratamiento con peróxido caliente consiste en pasar 100 mL de muestra a un matraz Erlenmeyer de 250 mL. Medir el pH, si el pH está alrededor de 4,0 adicionar alícuotas de 5,0 mL de ácido sulfúrico (0,02 N) valorada hasta reducir el pH a menos de 4. Adicionar 5 gotas de peróxido de hidrógeno al 30 % y hervir la muestra de 2 min a 5 min. Registrar el volumen total de ácido sulfúrico (0,02 N) agregado. Enfriar a temperatura ambiente y titular de acuerdo al procedimiento descrito en el inciso

            Transferir 100 mL de muestra en un matraz Erlenmeyer de 250 mL. Adicionar 2 gotas de disolución indicadora de fenolftaleína e introducir la barra magnética. Titular con disolución de hidróxido de sodio valorada hasta el vire del indicador (de incoloro a rosa), registrar el volumen empleado en la titulación (acidez total).

            Transferir 100 mL de muestra en un matraz Erlenmeyer de 250 mL. Adicionar 2 gotas de disolución indicadora de naranja de metilo e introducir la barra magnética. Iniciar la agitación y titular con disolución de hidróxido de sodio valorada hasta el vire del indicador, registrar el volumen empleado en la titulación. Calcular la acidez, tomando en cuanta el vire del indicador (de amarillo a canela) (acidez al anaranjado de metilo).
¿Qué es la acidificación de los océanos?
           
            Es un fenómeno vinculado al aumento de las emisiones de CO2 debido a actividades humanas. Los océanos desde la revolución industrial han absorbido 1/3 de las emisiones de CO2 en el planeta.

            Este papel regulador de los océanos es una ventaja que ha contribuido a frenar el calentamiento global de la tierra pero tiene un revés. A través de la investigación, sabemos que esto ha causado también una transformación de su composición química. Cuando el CO2 se disuelve en el agua y hace que sea más ácida. Sería un error pensar que al cambio del pH del agua salada sigue siendo básica.



            La acidificación del océano es el nombre dado al descenso en curso del pH de los océanos de la Tierra, causado por la toma de dióxido de carbono antropogénico desde la atmósfera. Se estima que entre 1751 y 1994 el pH de la superficie del océano ha descendido desde aproximadamente 8.179 hasta 8.104 (un cambio de -.075).
La ACIDIFICACIÓN DEL OCÉANO

            La acidez del océano se ha incrementado en un 30% desde el comienzo de la revolución industrial. Si la concentración de CO2 atmosférico sigue aumentando al ritmo actual, al final de este siglo el océano será corrosivo para las conchas de muchos organismos marinos. Se ignora cómo se podrán adaptar los organismos marinos y si esa adaptación será posible.

            Ese incremento es 100 veces más rápido que cualquier cambio de la acidez que hayan experimentado los organismos marinos durante al menos los últimos 20 millones de años. Hace 65 millones de años, la acidificación del océano tuvo como resultado la extinción masiva de organismos marinos calcáreos, que son parte integrante de la red alimentaria marina. En aquella época, los arrecifes coralinos desaparecieron del registro geológico y tardaron millones de años en recuperarse.

            La actual acidificación provocada por el hombre constituye un fenómeno poco frecuente en la historia geológica de nuestro planeta.

            Hoy en día la concentración media de CO2 atmosférico es de 385 partes por millón (ppm), lo que supone un incremento del 38% con respecto al nivel de 280 ppm de la época preindustrial.

            La mitad de ese incremento se produjo durante los últimos 30 años. En la actualidad, las emisiones de CO2 son superiores a las hipótesis más pesimistas previstas hace una década por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.

LA ACIDIFICACIÓN DEL OCÉANO ES UNA CONSECUENCIA DIRECTA DE LAS EMISIONES DE CO2 Y NO DEL CAMBIO CLIMÁTICO


            Si bien el cambio climático y sus repercusiones encierran incertidumbres considerables, actualmente se pueden observar los cambios químicos que se producen en el océano debido al incremento del CO2 atmosférico y los cuales, en muchos casos, se podrán predecir en el futuro.

            Cuando el CO2 se disuelve en el agua del mar, se forma el ácido carbónico. Esa reacción química provoca la acidificación del océano y es independiente de otros efectos del cambio climático.

            La disminución de las temperaturas mundiales y la concentración de otros gases de efecto invernadero no reducirán la acidificación del océano. Este fenómeno no constituye un asunto climático secundario, sino que es el otro problema que plantean las emisiones de CO2.

            En las negociaciones destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero se deberá tener en cuenta la acidificación del océano. Los métodos de la geo ingeniería que se utilizan para hacer frente al cambio climático, por ejemplo; reflejando la luz del sol, no resolverán el problema de la acidificación del océano.

            La disminución de las temperaturas mundiales y la concentración de otros gases de efecto invernadero no reducirán la acidificación del océano.

            Se prevé que dentro de algunas décadas los océanos polares alcancen niveles de acidez suficientes para disolver algunas conchas.
¿CÓMO REACCIONARÁN LOS ECOSISTEMAS MARINOS?


            La mayoría de los estudios indican que cuando la acidificación aumenta, la calcificación disminuye, afectando a la formación de conchas y esqueletos. En lo que respecta a la calcificación, los organismos marinos reaccionan de distintas maneras en las diferentes etapas de su ciclo vital. Algunas de las primeras etapas de vida son especialmente sensibles a la acidificación.

            En el caso de los animales marinos, entre ellos los invertebrados y algunos peces, la acumulación de CO2 en el cuerpo también puede alterar procesos distintos de la calcificación, lo que puede provocar cambios generales de la morfología, el estado metabólico, la actividad física y la reproducción del organismo en cuestión.

            Algunos grupos de fitoplancton, como los cocolitofóridos, podrían verse afectados negativamente por la acidificación del océano, mientras que otros, como por ejemplo, las cianobacterias que fijan nitrógeno, podrían resultar beneficiados por los elevados niveles de CO2. Los efectos que se producen en el fitoplancton y otras especies vulnerables podrían alterar las redes alimentarias marinas, lo que a su vez afectará a las pesquerías.

            A mediados de este siglo, se prevé que los índices de calcificación de los corales disminuirán alrededor de un tercio y la erosión de los corales superará la tasa de crecimiento de los mismos. Es posible que muchos arrecifes no subsistan.

            Los experimentos han mostrado que la acidificación del océano dificulta la calcificación de los corales profundos. En 2100, el 70% de los corales de agua fría estarán expuestos a aguas corrosivas. Los ecosistemas de corales de agua fría proporcionan hábitat y zonas de alimento y desove para muchos organismos de aguas profundas, incluidas algunas especies piscícolas comerciales.
            La reproducción selectiva de una especie de ostra muestra que se puede aumentar la resistencia a la acidificación, lo que indica que algunos organismos podrían tener cierto nivel de adaptación. No obstante, se desconoce cómo se adaptarán la mayoría de los organismos a un ambiente de mayor acidez.
                       
            La gravedad de esos efectos podría depender en parte de la interacción entre la acidificación y otras presiones ambientales como el incremento de las temperaturas oceánicas, la pesca excesiva y las fuentes terrestres de contaminación. En dos especies de cangrejo la acidificación del océano disminuye la resistencia a las temperaturas extremas, lo que pone de manifiesto una mayor sensibilidad al calentamiento, así como la posibilidad de que se reduzcan las zonas de distribución de especies.

            Los medios donde los niveles de CO2 son naturalmente elevados, como algunas zonas costeras que se ven influidas por corrientes ascendentes de aguas o aportaciones fluviales, o zonas que reciben aportaciones de CO2 de carácter volcánico o hidrotermal, ofrecen una visión de cómo serán los ecosistemas marinos del futuro. En esas zonas la biodiversidad es reducida y existe un gran número de especies invasoras. A mediados de este siglo, es posible que muchos arrecifes no subsistan.

¿QUÉ CONSECUENCIAS TENDRÁ LA ACIDIFICACIÓN DEL OCÉANO EN LAS SOCIEDADES Y LAS ECONOMÍAS?

            La acidificación del océano podría dar lugar a una reacción en cadena a través de la red alimentaria marina que afectará a la industria comercial de la pesca y el marisco, la cual mueve miles de millones de dólares, y poner en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas que figuran entre las más necesitadas del mundo. Las larvas de pez y molusco podrían ser especialmente vulnerables.

            Como consecuencia de la acidificación del océano, la mayoría de las regiones del océano podrían ser inhóspitas para los arrecifes coralinos, lo que influirá en el turismo, la seguridad alimentaria, la protección de las costas y la biodiversidad. Los arrecifes coralinos podrían resultar particularmente afectados a raíz de las distintas consecuencias de la decoloración de los corales provocada por el aumento de la temperatura del agua y la acidificación del océano.

            La capacidad del océano de absorber CO2 atmosférico está disminuyendo debido a la acidificación del océano, que hará más difícil estabilizar las concentraciones de ese tipo de CO2.

            El costo derivado de la estabilización del CO2 atmosférico en un nivel que evite la mayoría de las consecuencias perjudiciales es menor que el costo de la inacción, y la estabilización se podría lograr con tecnología que pueda utilizarse ahora y en un futuro próximo.

            Cuando los pequeños organismos oceánicos mueren, su concha dura se hunde en el lecho oceánico, secuestrando el carbono durante largo tiempo. Ello forma parte de la bomba de carbono oceánico y si las conchas son más finas, estas transferirán menos carbono a los sedimentos marinos. Se puede estimar el costo del servicio que el bombeo de carbono oceánico presta a los ecosistemas aplicando los precios vigentes en los mercados de crédito del carbono.

            Teniendo en cuenta que el precio del mercado del carbono oscila entre 20 y 200 dólares estadounidenses por tonelada de carbono, la absorción por los océanos del CO2 representa una subvención anual para la economía mundial de 40.000 a 400.000 millones de dólares, es decir, entre el 0,1% y el 1% del producto mundial bruto. La disminución prevista de la eficiencia del bombeo de carbono oceánico podría suponer una pérdida de varios miles de millones de dólares anuales.

            Es posible que mediante las negociaciones internacionales destinadas a mantener los niveles de CO2 atmosférico por debajo de 550 ppm, o incluso 450 ppm, no se logre evitar que una gran parte de los océanos polares se vuelvan corrosivos para las conchas de especies marinas esenciales. Incluso si se alcanzan esos niveles de CO2, los pronósticos indican que el crecimiento neto de los corales en las zonas tropicales no podrá compensar su erosión y desintegración.

            La acidificación del océano podría poner en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas que figuran entre las más necesitadas del mundo.

LAS PR IMERAS ETAPAS DE LA INVESTIGACIÓN SOBR E LA ACIDIFICACIÓN DEL OCÉANO

            La acidificación del océano es una disciplina relativamente nueva, pues el 62% de los informes de investigación sobre el tema se publicaron a partir de 2004.

            A pesar de que se conocen mejor las consecuencias de la concentración elevada de CO2 en una amplia gama de organismos marinos, todavía no se pueden realizar predicciones válidas de las repercusiones que ello podría tener en los ecosistemas marinos y la pesca en su conjunto ni determinar umbrales por encima de los cuales esos ecosistemas podrían no recuperarse.

            Existen pocos sitios en que se hayan efectuado mediciones relativas a varias décadas de las variables químicas y de los ecosistemas que serían necesarias para proporcionar un punto de referencia que permita evaluar a su debido tiempo las consecuencias de la acidificación del océano. Se precisa una red mundial de alerta temprana y predicción coordinada entre los países para estudiar, gestionar y comprobar las acciones de estabilización.



            En la mayoría de los estudios sobre los organismos marinos sólo se han examinado las reacciones de determinadas especies a un factor ambiental, como el aumento de la acidez, el CO2 o la temperatura. Hay que idear métodos para analizar la reacción de todo el ecosistema a distintos factores de forzamiento ambiental, utilizando las hipótesis que se prevén en las próximas décadas. Se han de efectuar estudios a largo plazo y experimentos de reproducción selectiva para comprender las respuestas en adaptación y evolución. Será importante determinar los genes que intervienen en la calcificación y el equilibrio ácido-base y disponer de medios para medir la expresión de esos genes a fin de conocer la adaptabilidad de los organismos marinos a los cambios de la acidez.

            Las tasas actuales de acidificación indican que las posibilidades de atenuación son muy reducidas, especialmente a corto plazo. Conviene realizar investigaciones para saber si al añadir sustancias alcalinas al océano, se podría frenar la acidificación en zonas determinadas, y conocer la medida en que se pueden compensar las consecuencias de la acidificación reduciendo otras presiones ambientales, como la eutrofización, así como la manera óptima de gestionar los ecosistemas marinos para hacer frente a estos y otras amenazas combinadas.

            En los grupos de usuarios que dirijan las investigaciones deberían participar expertos en políticas que se interesen por asuntos que abarquen los sectores ambientales, industriales y de conservación pertinentes. El 62% de los informes de investigación sobre la acidificación del océano se publicaron a partir de 2004.

Los Océanos y el cambio climático
           
            El almacenamiento de dióxido de carbono en los océanos puede perdurar durante milenios, frente al almacenamiento de carbono en la Tierra, donde el CO2 sólo puede permanecer 'retenido' durante décadas o siglos.

            Además de resultar claves en la lucha contra el cambio climático por su capacidad de secuestrar CO2, producir oxígeno, reciclar contaminantes y proteger la línea de costa y la biodiversidad, estos ecosistemas marinos nutren a cerca de tres mil millones de personas, y proporcionan el 50 por ciento de la proteína animal, así como minerales, a unos 400 millones de personas de los países más empobrecidos del mundo.

            El océano ha absorbido ya el 82 por ciento del total de energía adicional acumulada en el planeta debido al calentamiento global, pero cada día se depositan en él otros 25 millones de toneladas de carbono.
           
            Como consecuencia, los océanos son más ácidos, lo que supone una amenaza para los organismos con estructuras calcáreas.
            Muchas regiones del Polo Norte tendrán un mar ácido. Pero las emisiones de dióxido de carbono están aumentando la acidez de los océanos a un ritmo tan acelerado, que en muchas regiones del Polo Norte el mar se tornará corrosivo dentro de 10 años.
            El hecho de que los gases con efecto invernadero están provocando una disminución en el pH de los océanos no es nuevo. Pero lo que sí ha despertado la alarma entre los expertos es la velocidad a la que se están produciendo los cambios.
            La aceleración se debe a que están aumentando las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a un ritmo muy superior al que se había anticipado en el año 2000
            Las conchas de las almejas y los esqueletos de los corales están hechos de carbonato de calcio. Si este elemento que normalmente abunda en los océanos se reduce debido a la mayor presencia de CO2 en el agua, los primeros en sufrir son estos organismos. El ritmo es mucho más rápido en el Ártico que en otras zonas, porque el CO2 se disuelve mucho más rápido en agua fría.
            Según los expertos, el 10% del Océano Ártico será corrosivo para 2018, para 2050 lo será el 50% y para 2100 el océano será completamente corrosivo, convirtiéndose en un hábitat hostil para los moluscos.

            Muchos de los crustáceos que están en riesgo -y que están creciendo más lentamente por la acidez de los océanos- juegan un rol importante en la cadena de alimentación, ya que forman parte de la dieta de pequeños peces.

            En el Pacífico Norte -dice Gattuso- los moluscos pelágicos, por ejemplo, constituyen el 80% de la dieta de los salmones.

            Las implicancias que la reducción de los moluscos pueda tener en el futuro es muy difícil de anticipar, ya que como explica el científico, "aún no sabemos que otras fuentes de alimentación alternativa buscarán los peces.
            En las aguas cálidas, aunque en menor medida, también se están notando los efectos de la acidez.

Posibles impactos

            Mientras que la absorción natural de CO2 por los océanos mundiales ayuda a mitigar los efectos climáticos de las emisiones antropogénicas de CO2, se cree que el descenso resultante en pH tendrá consecuencias negativas, principalmente para los organismos calcáreos. Éstos usan los polimorfos del carbonato cálcico, la calcita o el aragonito, para construir cubiertas celulares o esqueletos. Las especies calcáreas abarcan en la cadena trófica desde autótrofos a heterótrofos e incluyen organismos tales como los cocolitofóridos, los corales, los foraminíferos, los equinodermos, los crustáceos y los moluscos.
            En condiciones normales la calcita y el aragonito son estables en las aguas superficiales dado que el ion carbonato se encuentra en concentraciones sobresaturadas. No obstante, a medida que el pH desciende, lo hace la concentración de este ion, y cuando el carbonato pasa a estar en instauración, las estructuras hechas de carbonato cálcico pasan a ser vulnerables a la disolución. Diversas investigaciones han encontrado que en corales, algas cocolitofóridas, foraminíferos y mariscos se detecta la reducción de la calcificación y el incremento de la disolución cuando son expuestos a CO2 elevados.     
            Mientras que las consecuencias ecológicas finales de estos cambios en la calcificación son todavía inciertas, parece claro que las especies calcáreas se verán desfavorablemente afectadas. Hay también algunas evidencias de que en particular el efecto de la acidificación en los cocolitofóridos (que están entre el fitoplancton más abundante del océano) puede ocasionalmente exacerbar el cambio climático, mediante el descenso del albedo de la tierra a través de sus efectos sobre la cobertura de nubes oceánicas.
            Aparte de los efectos sobre la calcificación (y específicamente sobre las especies calcáreas), los organismos pueden sufrir otros efectos adversos, tanto directos como en cuanto a la su fisiología y su reproducción o indirectamente a través de impactos negativos en los recursos alimentarios. En todo caso, tanto por la calcificación, como por las demás causas, no existe aún un completo entendimiento sobre estos procesos en los organismos y ecosistemas marinos.
¿Qué efectos tendrá la acidificación del océano en la vida marina?
           
            La acidificación del océano produce una reducción de la cantidad de iones carbonato en el agua. Muchos animales marinos necesitan iones carbonato para el carbonato cálcico indispensable en la formación de esqueletos y conchas. Esto afectará su desarrollo y su capacidad de reproducción, llegando a suponer un peligro para sus poblaciones.

            Entre las especies más inminentemente amenazadas están los corales, cangrejos, langostas, almejas y ostras.

            La disminución de especies menos conocidas, como los terópodos (pequeños caracoles marinos), tiene un efecto importante a niveles más altos de la cadena alimentaria. Los terópodos son una importante fuente de alimentación para muchos tipos de peces, ballenas y pájaros de las regiones polares y subpolares.

            También son preocupantes los efectos en los corales, ya de por sí altamente sensibles al entorno, puesto que un cuarto de todas las especies marinas depende de los arrecifes de coral como refugio, guardería, fuente de alimentación y área de desove. Es decir, nueve millones de especies marinas, incluidas cuatro mil especies de peces, océano prevé que en este siglo haya una extinción masiva de los corales tanto en aguas tropicales como frías si no se controlan las emisiones de carbono.


¿Qué podemos hacer para prevenir esto?

            La causa de la acidificación del océano son las emisiones humanas de dióxido de carbono, producidas principalmente por la quema de combustibles fósiles para el transporte (coches, autobuses, trenes, barcos, aviones), para algunos procesos industriales y para la producción de electricidad (centrales eléctricas de carbón, petróleo y gas).

            El nivel de las emisiones humanas de dióxido de carbono se suele obtener midiendo la concentración de este gas en la atmósfera terrestre. Dicho nivel está actualmente en 385 partes por millón. El “punto crítico” para los arrecifes de coral (cuando se extinguirán sin poder recuperarse) será cuando las concentraciones de dióxido de carbono alcancen las 450 ppm. A la velocidad actual de crecimiento, esto ocurrirá entre mediados y finales de siglo.

            Para que los océanos vuelvan a la normalidad, las concentraciones de dióxido de carbono tendrían que estabilizarse en 350 ppm o menos. Esto supone una reducción de las emisiones globales en un 80-90% antes de 2050. Sólo podremos conseguirlo con un cambio a gran escala de combustibles fósiles a fuentes de energía alternativas (eólica, solar).








CONCLUSION.



            A pesar de que a veces no resulta fácil demostrarlo, es evidente que la actividad humana produce cambios en nuestro planeta. Las emisiones de CO2 seguramente se encuentran entre las más peligrosas, y ahora un estudio revela que las emisiones humanas de este compuesto ha elevado la acidez de los océanos de forma sostenida durante los últimos 100 o 200 años.

            Las emisiones antropogénicas de CO2, además de provocar el calentamiento global, alteran la química de las aguas del océano, conduciéndolas hacia una progresiva acidificación, con importantes repercusiones para los organismos marinos, sobre todo para aquellos que construyen caparazones o esqueletos de carbonato cálcico, como los corales o los moluscos. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio dirigido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

            Como conclusión de lo observado, nosotros podemos predecir que en los próximos años en el agua salada podrían empezar a correr los caparazones de varios organismos además que algunos corales podrían no sobrevivir a estas fuertes emisiones de dióxido de carbono.


  



BIBLIOGRAFIA.

v    ARCHIVO PDF CALIDAD DE AGUAS – ACIDEZ.

v    NMX-AA-036-SCFI-2001.

v    NMX-AA-008-SCFI-2000.

v    NMX-AA-014-1980.
















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