1.4 morfología
La morfología hace referencia a las formas que pueden tener los diferentes tipos de sistemas acuáticos, ya sean ríos, humedales, lagunas, lagos, etc, A continuación se presentan algunos:
Morfología de Ríos
El trazado de un río se refiere al tipo de trayectoria que presenta en planta. La sinuosidad, que se estima como el cociente entre la longitud del río y la longitud del valle en un tramo, permite diferenciar tres tipos de trazados:
- Trazado recto, relativo a cocientes de sinuosidad inferiores a 1,5, no se aprecian líneas en el cauce pero la línea del thalweg se desplaza alternativamente de una orilla a la otra, haciéndose más visible en aguas bajas.
- Trazado meandriforme, cuando el coeficiente de sinuosidad es superior a 1,5, debido a las curvas que desarrolla el cauce desplazándose en sentido transversal del valle hacia un lado y otro. El tipo de curvas o meandros puede ser muy diferente de unos ríos a otros, pudiéndose diferenciar entre ellos a su vez diferentes tipos de trazados.
- Trazado trenzado, que se desarrolla en tramos de mayor pendiente o cuando la carga sólida es elevada, y se caracteriza por la formación de un curso de agua ancho y poco profundo, que se divide en varios brazos dejando islas intercaladas, uniéndose hacia aguas abajo y volviéndose a separar, a modo de trenzas.
Morfología de Lagos
La forma de un lago es uno de los determinantes más generales, junto con el clima y el tipo de suelos de su cuenca de drenaje, de su productividad biológica. Los lagos someros son generalmente polimícticos y naturalmente más productivos que los lagos profundos, principalmente en razón que los nutrientes están disponibles para la producción biológica, durante toda la estación de crecimiento. Sin embargo, la escasa profundidad de los lagos someros los hace más sensibles al enriquecimiento en nutrientes. También son más vulnerables frente a los rellenos erosivo y biológico y durante los períodos extremadamente secos.
Sin embargo, la baja relación entre el volumen y la superficie de una laguna (profundidad media) favorece su “lavado” y “rejuvenecimiento” durante los períodos húmedos. En su estado natural, los lagos de las planicies están incluidos en extensos humedales. Globalmente, estos humedales fueron ampliamente desecados para las actividades agropecuarias, en particular para la agricultura.
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